muralla romana

La primera muralla con la que contó la ciudad de Córdoba fue romana, y ha sido, hasta la fecha, testigo presencial de todos los acontecimientos que han acontecido a la misma.

Sabías que…

La ciudad de Corduba fue fundada con ciudadanos romanos y con una élite indígena ibera, en la zona que hoy forma el centro comercial actual de la ciudad, atribuyéndose el mérito al general y político Marco Claudio Marcelo, Patricio Romano de la era Republicana. 

contexto histórico

Hay que remontarse a los tiempos de la Roma Republicana en el siglo II a.C., siendo las primeras referencias a Corduba aparecen en los textos del geógrafo Estrabón. En un inicio el asentamiento romano consistía en un campamento militar permanente en la zona que controlaría el Guadalquivir y los pasos de acceso a través de este, siendo vecino del asentamiento prerromano ibero que estaba localizado más al norte, en la Colina de los Quemados, que en la actualidad se conocería como el Parque Cruz Conde. El tiempo, a través de varias décadas y la convivencia por intereses económicos mutuos, hicieron que esta última se acabara anexionando al asentamiento romano y el asentamiento prerromano desapareciera. 

Esencialmente llana y protegida por laderas, la ciudad requería con premura un amurallamiento para quedar protegida, erigiéndose con el tiempo la muralla romana que rodearía la ciudad. Aunque hay que señalar que la construcción de una muralla alrededor de cada nueva fundación colonial romana en los territorios conquistados no respondía solamente a una cuestión meramente defensiva. 

pomerium

Para la cultura romana, la muralla definía conceptualmente a la ciudad, pues no era otra cosa que la materialización de una línea mágica establecida según viejos rituales y sus costumbres ancestrales, que separaban tajantemente el núcleo urbano para los vivos, puesto que los muertos tenían su necrópolis, del territorio al exterior donde se llevaban a cabo las actividades agrarias. Dentro del “Pomerium”, se desarrollaban las actividades políticas, administrativas, judiciales y comerciales o de mercado. La muralla se extendía por poniente a lo largo de sus 2.650 metros, y protegía el Pomerium, de unas 47,6 hectáreas, siendo un recinto casi cuadrangular. Se habilitaron cuatro puertas que daban el acceso y la salida de la ciudad, orientadas a cada uno de los cuatro puntos cardinales. 

Muralla Romana

las 4 puertas

Dichas puertas serían, al Norte, la conocida hoy como Puerta de Osario, sus limitaciones discurren por desde la esquina de Ronda de los Tejares, siguiendo la avenida y Plaza de Colón, hasta la calle Alfaros. Al sur, desaparecida en la actualidad, a la altura de los Altos de Santa Ana, en la Calle Blanco Belmonte. Entre estas dos puertas las que discurre “el cardo máximus” Por el Oeste está la Puerta Gallegos, y al Este la Puerta de Roma, iniciándose en la calle Alfonso XIII y la plaza de la Compañia.  

guerra y destrucción

Sin embargo, la estructura originaria de la muralla sufrió un cambio drástico, cuando buena parte de esta fue destruida durante la guerra civil entre Julio Cesar y Pompeyo décadas después de su fundación.  El asedio al que sometió César a la ciudad que decidió tomar partido por los hijos de Pompeyo en el año 45 a.C., tras la Batalla de Munda, terminó con las calles y edificios de la ciudad arrasados, con 22.000 cordobeses lo pagan con su vida como represalia al apoyo del bando perdedor.

ampliación de augusto

Habría que esperar a la época imperial de Augusto cuando la muralla se amplió junto a la ciudad misma, ya que las inversiones fueron importantes por parte del emperador para convertir a Córdoba en la capital de la provincia de la Bética, y de una Colonia Patricia, engalanaba con mármoles y nuevos edificios públicos como serían el foro, el circo, el teatro y el templo. La nueva muralla se extendía hacía el sur, hasta el río, ya que el tamaño de la ciudad se duplicó. Contando con hasta 9 metros de espesor, torres y fosos, mejorando a la muralla originaria de época republicana, contando con un Pomerium de 78 hectáreas. El amurallado llega hasta el río, y la ciudad misma mira hacia el Sur, aprovechándose de un puerto fluvial y el mismo Puente Romano para el acceso a la ciudad. Contaba con siete puertas y más extensa, donde sus limitaciones recorrían por parte de la Rivera, bordeaba hacia la avenida de la Victoria y la Ronda de los Tejares, hacía ángulo en la Puerta del Rincón y seguía por Alfaros y Capitulares hasta bajar por la calle San Fernando.

Muralla Romana

la muralla hoy

Aún se conservan puertas en tres de esos accesos romanos. Pero la evolución de la ciudad ha ido sepultando los vestigios del resto, al mismo tiempo que fue abriendo nuevas entradas en periodos posteriores, como es el caso de la muralla de la Medina. Sin embargo, es curioso que, en esta parte de la ciudad originaria romana, esta se mantiene en un orden estructural que aún hoy en día se mantiene.